Los sucesos del pasado martes 25
merecen toda mi atención, por la gravedad de los hechos y por el
impacto que en mi país, España, han tenido estas actuaciones.
Yo soy de los que estoy orgulloso de mi
voto, pero admito que podría estarlo más si la Ley electoral no me
tratara como un ciudadano de segunda, admito como ciudadano que el
País esta mal y que la cosa va a peor a pesar de lo que nos cuentan,
que el bipartidismo asfixiante que gobierna en Ayuntamientos,
Diputaciones, Comunidades autónomas y Gobierno central nos está
llevando a un estado de ruina económica y política...en todo esto
estoy de acuerdo, pero la violencia y el acoso ciudadano no tienen
cabida en un estado democrático.
Como un amigo mio me dijo, yo no estuve
en Madrid el 25-S, y es verdad que los medios de comunicación
manipulan a su gusto lo que les place, dando la imagen de la realidad
que a sus dueños les conviene, por eso no voy a entrar en si lleva
razón la Policía Nacional o los manifestantes, yo no sé quien tiro
la primera piedra o la primera pelota de goma, lo que está claro es
que hubo unos 60 heridos, de los cuales 27 fueron agentes de las
fuerzas del orden.
Cuando alguien entra en nuestra casa,
cuando alguien nos roba o nos agrede, cuando tenemos miedo o nos
sentimos desamparados ante un acto violento ahí están ellos, la
Policía Nacional, hombres y mujeres que están sufriendo como el
resto de ciudadanos los recortes y abusos de este Gobierno y del
anterior, a día de hoy hay Policías Nacionales amonestados por
simplemente el hecho de reivindicar lo que es justo y les pertenece y
manifestarse frente a las políticas del Gobierno; los Policías
Nacionales son padres y madres, personas que sufren y padecen como el
resto, y no creo que sea de recibo que por el simple hecho de cumplir
su labor como agentes del orden público tengan que ser agredidos,
insultados, vilipendiados y criminalizados por centenares de
personas, no podemos olvidar que ellos solo hacían lo que era lógico
y es su obligación, defender lo que nos representa, el máximo
exponente de nuestra Democracia y Libertad, el Congreso de los
Diputados.
5 millones de parados es motivo
suficiente para que la ciudadanía pida nuevas políticas o nuevas
formas de hacer política, pero asaltar un organismo público que nos
representa no es la solución. A los manifestantes del 25-S les
preguntaría ¿Han votado ustedes?¿Han leído ustedes los programas
electorales de los partidos políticos que se presentan a las
elecciones? Si no lo han hecho pierden ustedes toda credibilidad, y
si lo han hecho, exíjanle ustedes a sus respectivos partidos
políticos responsabilidad de cumplir lo prometido, y si su partido
les ha defraudado entren ustedes en política, arrimen el hombro y
trabajen y luchen para cambiar las cosas; como hemos visto en varios
capítulos de nuestra historia, la violencia no es la respuesta.