Este 18 de
diciembre se cumplió el aniversario de una de las personas más
sanguinarias y nefastas que hemos padecido la humanidad. Joseph
Stalin fue desde su encumbramiento una persona que destacó por su
sangre fría y por su radicalismo comunista, llevando a su País a la
más extrema pobreza durante los años 30, llegando incluso durante
años a aliarse al que él personalmente llamaba “su amigo alemán”,
Hitler.
Durante años pasó
a cuchillo a todos aquellos que no pensaban como él, liquidando de
esta forma cualquier tipo de oposición a su liderazgo o a sus
ordenes, durante su larga dictadura comunista en la antigua Unión
Soviética se llevó a cabo lo que la historia denominó “La Gran
Purga”, que fueron años de exterminio de cientos de miles de
ciudadanos soviéticos cuya única pena era no cumplir las ordenes
del dictador ruso. Se autodenominó “Generalísimo de la Unión
Soviética” y “Gran Arquitecto del Comunismo”, además de ser
responsable de más de 700,000 asesinatos de extranjeros (alemanes,
polacos, estadounidenses...) que fueron asesinados y tirados a fosas
comunes tras juicios rápidos donde no se les permitía a los
acusados tener abogado defensor y donde estaba permitida la tortura.
En 1938 el propio Stalin firmó la sentencia de muerte de más de
40,000 personas, siendo la gran mayoría fusilados sin juicio previo.
A su muerte, y como él mismo ordenó no contabilizar las
ejecuciones, los historiadores estiman, tras escavar cientos de fosas
comunes, que los asesinados durante su Régimen superan ampliamente
los 3 millones de personas.
Muchos de vosotros
os preguntareis porqué cuento la repugnante vida de este genocida
comunista que en su día empuñó y defendió la bandera de la hoz y
el martillo, pues por el simple hecho de que el pasado 10 de
diciembre fue el día internacional de los derechos humanos y creo,
personalmente, que la historia no debe ser borrada ni eliminada, debe
ser recordada para saber que es lo que NO debemos hacer, tenemos que
enseñar a la sociedad que la humanidad tenemos un pasado negro y que
se debe trabajar conjuntamente para que no vuelva a suceder.
Estamos pasando una
enorme crisis, están sufriendo muchísimas familias y, a veces, la
desesperación ante algunos hechos nos llevan al radicalismo, tanto
ideológico como político, en 1933 la hambruna alemana llevó al
poder al nazi Adolf Hitler, y en 1917, la pobreza sostuvo la
revolución rusa que llevo al poder al Comunismo en Rusia, primero de
la mano de Lenin y luego de su sucesor Joseph Stalin.
Los demócratas
debemos trabajar por un presente y un futuro, debemos unirnos para
mejorar la situación que nos rodea, movilizarnos para defender los
derechos sociales, pero siempre desde la moderación y el respeto,
nunca el radicalismo ha solucionado nada.
FELIZ NAVIDAD A
TODOS !!