La semana pasada no pude escribir mi habitual artículo de opinión por encontrarme fuera de Rota, pido perdón por ello y agradezco los mensajes que me habéis enviado preocupados por mi. La verdad es que pocas veces había tenido tantas ganas de expresarme en mi artículo de opinión como en esta semana, debido a algunos temas políticos que han ocurrido y de los que no puedo, ni quiero, evitar opinar libremente.
Tengo 30 años recién cumplidos, por suerte no he vivido ni la Guerra Civil ni la Dictadura franquista, me he criado en una sociedad democrática y constitucional donde cada vez se logran más derechos sociales. Como joven que cree en la política y en algunos políticos, deseo que nuestros Diputados trabajen por hacer leyes más justas, igualitarias, que traigan progreso a nuestro País y sobre todo leyes que fomenten el crecimiento económico sin olvidar los derechos laborales.
Cuando veo que nuestros políticos en el Congreso de los Diputados, a propuesta de Izquierda Unida, gastan su tiempo debatiendo si nombrar o no el 18 de julio como día nacional de condena al franquismo, me siento profundamente decepcionado y empiezo a creer de verdad que algo se hizo mal durante la transición, legalizar a un partido que a día de hoy defiende dictaduras como las de Cuba, Corea del Norte o China, un partido cuyas sedes están decoradas con las caras de Fidel Castro, Lenin y Stalin entre otros... un partido que ha pedido ilegalizar al Partido Popular por votar en contra de esta iniciativa, pero que se niega a pedir la ilegalización de Bildu/Amaiur que constantemente apoyan a terroristas etarras y que defienden la violencia en el País Vasco; Izquierda Unida tiene una doble vara de medir y unos prejuicios ideológicos preocupantes para un sistema político democrático como el nuestro.
¿De verdad piensa Cayo Lara que abriendo viejas heridas de los españoles y recordando el franquismo se creará empleo? ¿Habrán menos desahucios si recordamos y repudiamos la Dictadura? ¿Acabará la crisis si condenamos públicamente a Franco? Todos sabemos que la respuesta es NO; entonces ¿Por qué la plantean? Pues por el simple hecho de que ellos son ahora, al igual que lo fueron los fascistas en la Dictadura, los que nos quieren enseñar e imponer su criterio de quienes son buenos y malos, nos quieren clasificar como sociedad entre derechas o izquierdas, olvidando que, cada vez más, habemos ciudadanos que creemos firmemente en que deben predominar las ideas sobre las ideologías y que debemos trabajar por unir a la sociedad en vez de enfatizar lo que nos separa.
Lo que realmente es una pena es que los jóvenes como yo, que deberíamos estar hablando de estudios, de temas laborales o incluso de temas sociales, tengamos que hablar de cosas que pasaron antes de que naciéramos y de las que no fuimos responsables ni podemos hacer nada para cambiarlas.
Felicidades Izquierda Unida, habéis conseguido alejar un poco más si cabe a los jóvenes de la política.
Hola compañero.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. Hay cosas que son verdaderas lástimas en este país, pero no creo que se puedan cambiar así como así, de un día para otro.
Por ejemplo. Ayer mismo, en la feria de Granada, estaba con algunos compañeros de facultad poniendo verde al gobierno de turno. El caso es que en cierto punto se me quedaron mirando mis amigos esperando una reacción mía, a lo que solté el socorrido "¡A mí no me miréis, yo voté a UPyD!".
Mis amigos lo entendieron y rieron, pero había un chaval que no conocía -y que no había abierto la boca en toda la noche- que se me quedó mirando y me espetó: "Los de UPyD son unos fascistas." Se acabó el buen rollo.
En cualquier país occidental, llamar "fascista" a alguien es algo muy grave o incluso delito; no entiendo lo barato que sale en España acusar a alguien de ello sólo por sentirse moralmente superior.
José Antonio.