Que alegría me da ver todas las calle de los pueblos y ciudades llenas de banderas españolas, este es otro de los placeres de que juegue nuestra selección, ver balcones, ventanas y terrazas con los colores rojo, amarillo y rojo; pero en estos momentos de euforia deportiva no podemos olvidar que siguen habiendo zonas en nuestro país en las que no existe esa libertad que muchos tenemos de poner, si queremos, la bandera española a la vista de todos; pueblos y ciudades que pese a lo que nos quieran contar, esa libertad sigue sin existir y el miedo, la coacción y el terror sigue paseando por las calles, acechando en alguna esquina.
La siniestra estela de Eta sigue todavía recorriendo calles del norte de España, y ahora, gracias al Tribunal Constitucional, también recorrerá los ayuntamientos vascos y navarros desde los sillones de Concejales y Alcaldes. Estoy seguro que no soy el único ciudadano asqueado por esta decisión jurídica; yo, como ciudadano de Rota, como ciudadano español y como ciudadano democrático que me considero, no llego a comprender a un país en el que el brazo político de los terroristas tenga el derecho a presentarse a unas elecciones y poder tener cargos públicos.
Esta decisión juridica con muchos tintes políticos emana de un organo que en breve será reformado, es decir, que como última voluntad de este organo y de algunos de sus miembros ha sido dañar de por vida la Democracia española y hacer que muchos ciudadanos se planteen si lo que no funciona son los jueces o las leyes que aplican. Desde mi punto de vista personal, que no soy ni abogado ni jurista, no soy nadie para establecer un criterio de justicia, pero como ciudadano tengo todo el derecho a opinar y decir que, si los políticos son los que ponen a los jueces del Tribunal Constitucional, también son responsables de esta decisión.
El sábado, en las elecciones helenas, en Europa mirábamos horrorizados como un partido pro-nazi obtenía representación en el Parlamento griego y no comprendimos como a esta gentuza se les dejaba presentarse a unas elecciones democráticas; pues bien, ahora somos los Españoles los que vamos a permitir que, los que no condenan el terrorismo, los que insultan nuestra bandera, los que no respetan los valores democráticos, los que apoyan a los asesinos, amenazan a nuestros policías y guardias civiles, extorsionan a nuestros empresarios y amenazan a nuestros vecinos, tengan el derecho a presentarse a una elecciones democráticas.
Hace pocos días era el lamentable aniversario del cruel acto terrorista de El Corte Ingles en el que, no podemos olvidar que fallecieron mas de una veintena de personas e hirieron a medio centenar siendo la mayoría mujeres y niños; ahora, el tribunal Constitucional, un órgano que no está para estos menesteres, que debía haber sido reformado hace ya año y medio y que, no olvidemos que son jueces puestos por partidos políticos, son los que consideran que estos “malnacidos” de Sortu son legales.
Con mi máximo respeto para los jueces de este país, les digo a los que conforman el Tribunal Constitucional, y también a los políticos que ahí los pusieron, que tengan la valentía de explicarle a la familia de Joseba Pagazaurtundua, a la familia de Miguel Ángel Blanco, de Eduardo Puelles, o de cualquiera de las más de mil victimas del terrorismo, que Sortu, el brazo político de Eta, es legal, seguro que para los familiares es como haber asesinado a su ser querido dos veces, es fallar a la memoria de todos ellos.
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