Cuando en España estamos ya casi en
los cinco millones de parados y casi dos millones bajo el umbral de
pobreza, el Gobierno de Rajoy se empeña en reestructurar la Ley del
Aborto. Una Ley que el gobierno socialista liberalizó en demasía y
que el Partido Popular está usando para situarse más a la derecha,
si cabe, del espectro político.
Gallardón, un político que más allá
de ideologías, siempre me pareció coherente y centrista, se ha
dejado manipular por el PP más rancio y arcaico de los últimos
años. Gallardón ha sido convertido por Rajoy en la Bibiana Aído de
Zapatero, cuando hay que distraer a la ciudadanía, sale en la prensa
con una nueva Ley que agite a las masas y así distraer la atención
de cosas mas serias como el desempleo o la corrupción política.
Pero que bien le ha salido la jugada a
Rajoy!!!! me descubro ante él, un político que no me merecía el
más mínimo respeto ha conseguido sorprenderme. De momento ha
conseguido quemar políticamente a su Ministro de Justicia (y posible
sucesor) Gallardón, el cual ya no gana más elecciones en su vida;
pero no sólo eso, también ha conseguido que el sector más
conservador de su Partido se mantenga en las filas peperas y no se
sumen a nuevas formaciones políticas como Ciutadans o el Partido de
Ortega Lara.
Por su parte, al Psoe también le ha
venido bien esta Ley, un partido político que no puede hablar de
corrupción ya que está lleno de imputados, que no puede hablar de
gestión ya que todavía está muy fresca la herida que Zapatero y su
gobierno han dejado en España, en fin, un Partido que gracias a la
Ley del Aborto ha vuelto a salir en portadas de prensa, a
manifestarse y a ponerse de nuevo ese (bajo mi punto de vista)
lamentable traje de feminista, anteponiendo el feminismo a la
igualdad.
Pero, dejando de lado la política,
¿Quién piensa realmente en los afectados? Quién piensa en esa
pareja o en esa mujer que se encuentra ante el dilema del aborto? El
aborto debe ser legal, pero no por que lo digan las feministas ni por
que seamos más progres que nadie, sino por coherencia y humanidad,
bastante trauma tiene la mujer que aborta como para tener que hacerlo
a escondidas u obligándola a irse a otro país para poder hacerlo.
No al aborto libre, pero si a despenalizar el aborto.
Tampoco puedo olvidar en este artículo
a esas madres/parejas que, pudiendo y en circunstancias normales
aunque difíciles, han tirado para delante y ahora son padres. Un
aplauso por esas madres que, siendo igual de complicada la decisión,
siguieron adelante y trajeron una vida al mundo. No olvidemos que un
aborto no es la solución, es tan solo un remedio.
Si tuviera que decidir personalmente si
abortar o no, rotundamente no, pero como político trabajaré para
que una mujer no sea condenada a ser madre sin desearlo o condenada
judicialmente por no querer serlo.
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