miércoles, 30 de marzo de 2016

LIRIOS MORADOS

Este año nos ha parecido que el frío no llegaba, ha sido un otoño seco y un invierno carente de su característico frío.

En el mes de febrero, incluso a finales de enero casi coincidiendo con la festividad de San Juan Bosco, los patios roteños y los balcones empezaban a llenarse de flores y colores, incluso los arboles frutales empezaban a regalarnos lo que normalmente suelen hacer en plena primavera.

En mi casa disfruto de una gran afición heredada de mis abuelos, la pasión por la jardinería, y entre tantos geranios y jazmines cuido con mucho cariño una maceta de lirio morado. Me costó mucho tenerlo ya que normalmente el lirio morado suele crecer en la vereda de los caminos de los campos, es decir, de forma salvaje, un lirio morado es muy difícil sembrarlo, y mas difícil aún que te crezca en una maceta.
Pues será que en mi casa somos todos cofrades, pero cada primavera en mi casa ese Lirio salvaje que planté hace algunos años en una maceta florece, y así nos regala a mi familia sus bellas flores moradas.
Cada mes de abril nos hace mucha ilusión el regalo que el Lirio puntualmente nos hace. Es inevitable no ver un Lirio morado y no transportarte a la Semana Santa, a esos pasos preciosos, ya sean de caoba, plateados o dorados, acompañados de flores y como siempre, a los pies de mi cristo, sus lirios morados.

Si alguna vez alguno de ustedes, queridos lectores, ha tenido el honor de ver de cerca el traslado de alguna imagen de su sitio original a lo alto de un paso, o viceversa, podrán observar con que cariño, delicadeza y elegancia sujetan esa imagen y la trasladan de un sitio a otro. Pues bien, casi el mismo mimo y delicadeza se tiene con la frágil flor de lirio a la hora de manipularla y situarla en el paso para que acompañe en la estación de penitencia.

Es inconfundible la mezcla de aromas cuando el paso de Nuestro Señor pasa por delante nuestra, los matices olorosos que aportan dichos lirios se mezclan con el inconfundible incienso. Ya sea por su belleza visual, por su delicadeza y fragilidad, o por su fragancia, los lirios morados son una clara seña de identidad de nuestra Semana Santa.

Este año, como decía al principio, ha coincidido un invierno soleado y que la Semana Santa ha venido muy pronto, según los expertos, esta ha sido la sexta cuaresma mas temprana de los últimos 100 años. Por norma habitual, una planta generalmente silvestre como el lirio, no debería florecer hasta abril mas o menos, coincidiendo ademas con la época normal cofrade. Pues no, sorprendentemente este mes de febrero la vara que sale del Lirio la cual anuncia el pronto florecimiento de la misma, creció, regalándonos en pleno mes de marzo campos teñidos de morado.
Lo caprichosa que es la naturaleza, justo el año que cae muy pronto la Semana Santa, la climatología hace que los lirios florezcan antes, curioso...



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